En estos días vuelvo a tomar conciencia de como han sido mis últimos meses. Estoy en un punto en el que paro o el cuerpo me para y me da miedo ese límite.
Es imposible que llegues a todo, hay que parar y elegir que quieres que salga para que entre lo nuevo. Si un cuenco de fruta está lleno, no compras más ¿Verdad? Entonces, ¿Por qué nos comprometemos con más cosas si estamos hasta arriba? Es un fenómeno inexplicable pero ocurre.
Sabemos la teoría pero pasarlo a la práctica es lo complicado.
Llega un momento que explotas, echas a llorar como si no hubiera un mañana, hablas, te desahogas y encuentras tranquilidad. Aquí es cuando me doy cuenta que no soy una superwoman.
Creo que en parte es por puro egoísmo; nos aferramos a eso que tanto nos gusta y no lo soltamos, viene algo nuevo y nos quedamos con ello porque también nos encanta. Vamos sumando una cosa con la otra y al final tenemos un sin fín de “deberes” que nosotros hemos ido creando.
Por un instante me falta el aire.
Una taza de té con una buena conversación, un paseo por el campo, hacer galletas… Ese ratito que tienes para ti, para tu disfrute; tan necesario.
Lo imprescindible es no perderte a ti mismo. Si tu no estás bien, esa lista interminable no va a salir para a delante.
[Parar para respirar]
Despacito Andrea, despacito que no podemos estar en todo y al final siempre tendremos que priorizar…
Y para disfrutar los momentos , lo mejor es tomarte tu tiempo y disfrutarlo, lo que no hagas ahora lo apuntas en una lista de » cosas que algún día recuperare porque me gustan y ahora no puedo hacer»
Tienes toda la razón Ali…Dichosa lista de «cosas que algún día recuperare porque me gustan y ahora no puedo hacer» está repletita 😀
¡Gracias!
Precioso post y cuántas verdades dices… !
Gracias a ti por escuchar mis desahogos.